Por David Zapp, Abogado
Hace años escribí’ un artículo titulado “El derecho a un juicio con jurado, un derecho del cual puedo prescindir”. En él decía que los jurados no eran lo que se espera que sean. No eran los llamados bastiones de libertad, en pie entre usted y el estado.
Algunas veces un juez es una persona mucho mejor ante quien celebrar el juicio en su causa. Los jurados son personas con prejuicios y uno no tiene modo de saber cuáles son hasta que es demasiado tarde. Con los jueces, usted sabe todas sus tendencias e inclusive puede tener más información.
Con un juez usted puede saberlo todo: desde sus decisiones hasta lo que toma de desayuno. Puede obtener esta información de todos los abogados y fiscales que han comparecido alguna vez ante él o ella. Y como que los jueces son abogados, están entrenados para enfocarse en el asunto, no en el prejuicio.
El caso del “policía caníbal” es un buen ejemplo. El caso era sobre un imputado a quien se le acusaba de fantasear sobre comer mujeres—devorarlas como una comida. El acusado nunca actuó sobre esa fantasía, y salvo por chacharear con otros alocados que compartían su manía, él era un hablador. Los jurados lo culparon. El juez tuvo que intervenir, algo que, tradicionalmente, a los jueces no les gusta hacer, y dejó a un lado el veredicto, concluyendo que fantasear no era un crimen.
Moraleja: vaya ante un juez solamente si tiene al juez correcto y su causa puede ser llevada a juicio; (esto es importante: una causa que se pueda llevar a juicio—no vaya a pensar que un juez va a regalarlo todo). Si usted tiene un cáncer legal, se va a morir no importa lo que ocurra. Pero sepa que ir ante un jurado no es su única opción. Puedo pensar en varios jueces en el Distrito Sur y en el Distrito Este de Nueva York que le darían un juicio justo. Cada distrito federal de los Estados Unidos tiene jueces ante quienes se podría celebrar el juicio de su causa. Pero no crea que va a conseguir algo más que un juicio justo, pero si lo que usted quiere es un juicio justo, haría muy adecuadamente yendo ante algunos jueces.
También podría hacerlo bien ante los jurados, pero la mayoría de los penalistas y los acusados que conozco van ante los jurados tratando de que permanezcan indecisos porque un jurado sin decisión es todo lo que se necesita para escapar una sentencia condenatoria y obtener un buen arreglo. Es una estrategia perturbadora e, indudablemente, favorece al acusado.
Lo que agua la fiesta en el tribunal federal es que un fiscal no está obligado a dar su consentimiento para un juicio sin jurado. Eso es porque usted tiene un “derecho” a un juicio con jurado, pero no tiene un “derecho” a un juicio sin jurado. Sin embargo, aun si el fiscal no da su consentimiento para un juicio sin jurado, no le perjudica permitir que el juez sepa que usted estaba dispuesto a dejar que fuera él quien decidiera. Pero al fin y al cabo, como siempre digo, usted no es mejor que su evidencia.