Por David Zapp
“Ya he buscado la asesoría del General Oscar Naranjo, quien recientemente se jubiló como director de la policía nacional de Colombia y quien es uno de los principales luchadores contra el crimen a nivel mundial.”
Enrique Peña Nieto, presidente electo de México. Pues bien, si el presidente electo Enrique Peña Nieto en realidad buscó la asesoría del General Naranjo, entonces él sabe que la única forma de ganar es dejar entrar a los Americanos y eso él no lo hará. Como un querido amigo mío mexicano me dijo, “nuestra versión de El Álamo es bastante diferente de la suya, Doctor.” Sin embargo, el hecho de que Peña no hará lo que promete deberá hacer reflexionar a las fuerzas del orden público americano.
En Colombia, la presencia de las fuerzas policiales estadounidenses existe en un grado impensable en México. La DEA de hecho vive allá. Me enteré de esto cuando representé a un acusado extraditado de Colombia, quien presentó una petición en el Tribunal Federal para suprimir declaraciones que él había hecho a agentes de la DEA en Colombia. Un analista de inteligencia de la DEA que testificó en la audiencia nos enteró qué tan estrechamente su agencia trabajaba con la Policía Nacional de Colombia. Él testificó que los agentes de la DEA lideraban las sesiones estratégicas con la Policía Nacional de Colombia, frecuentemente tomando las decisiones. La DEA suplía la tecnología y hasta pagaban por estadías de hotel y rentas de carros cuando la Policía Nacional de Colombia llevaba a cabo operaciones de parte de la DEA.
Cuando agentes colombianos arrestaban a los acusados “para propósitos de extradición,” los agentes estadounidenses estaban cerca en caso de que algunos de esos acusados quisieran hablar con ellos. Los agentes americanos nunca hicieron los arrestos mismos, pero es como si los hubieran hecho. México no va a permitir eso. Una vez fue suficiente. Ahora se llama Texas.