Por Elena Steiger Reich y Harry Sandick
En la causa Reese v. United States, No. 16-516, el tribunal de apelaciones del Segundo Circuito anuló la orden del juez federal de primera instancia del Distrito Sur de Nueva York (J. Marrero) que denegó la petición de dejar sin efecto su sentencia condenatoria y condena conforme a 28 U.S.C. § 255. Reese afirmó que su abogado no le había proporcionado una ayuda eficaz. El juez de primera instancia rechazó este argumento aduciendo que Reese no pudo establecer prejuicio porque las pruebas de culpabilidad presentadas en el juicio fueron “arrolladoras”.
A pesar de que el Segundo Circuito estuvo de acuerdo con ese punto, concluyó que el juez de primera instancia había cometido un error por no considerar la disparidad significativa entre la oferta que se le hizo a Reese en el convenio declaratorio (57 a 71 meses) y la condena que recibió después de ser culpado en el juicio (108 meses). El tribunal de apelaciones del Segundo Circuito devolvió el expediente al tribunal de primera instancia para que se documentara más completamente en las actas la cuestión de lo que el abogado de Reese le comunicó a él con respecto al convenio declaratorio ofrecido por el Ministerio Público.
En general, la ausencia de prejuicio se puede demostrar mediante una referencia a la solidez del caso del Ministerio Público. Sin embargo, esa no es la situación cuando el acusado puede demostrar una probabilidad razonable de que hubiera aceptado la oferta para admitir su culpabilidad si hubiera sido aconsejado adecuadamente. En la devolución, el juez de primera instancia necesitará poner a prueba las afirmaciones de Reese y procurar testimonio de su abogado con el fin de determinar si se ha de conceder el recurso.