Por REUTERS, 26 de marzo de 2015 a las 12:11 de la noche, hora de verano en el este.
WASHINGTON — Unos agentes del Departamento Antinarcóticos de los Estados Unidos (DEA) han tenido supuestas “fiestas sexuales: con prostitutas durante varios años, dijo un informe publicado el jueves, el cual proviene de una revisión de alegaciones de mala conducta por parte de varios agentes de la DEA en Colombia. Las fiestas alegadas fueron pagadas por carteles locales de drogas dijo el informe de la Oficina del Inspector General del Ministerio de Justicia, una agencia interna que actúa como un perro guardián.
Entre las alegaciones sobre la DEA, 10 agentes – un director regional asistente y nueve agentes especiales – tuvieron las alegadas fiestas sexuales “en oficinas centrales arrendadas por el gobierno”, y a tres de los agentes especiales “miembros del cartel de drogas les suministraron dinero, regalos costos y armas”, de acuerdo con el informe.
Después de la investigación, siete de los agentes admitieron haber asistido a las fiestas, y fueron suspendidos por períodos entre dos y diez días.
La DEA declinó hacer comentarios.
El informe citó “repetidas alegaciones de Agentes Especiales de la DEA. . . que eran clientes de las prostitutas y frecuentaban un burdel mientras estaban destinados en el extranjero”.
Esto salió a relucir siguiendo los pasos de un escándalo de prostitución que implicó a agentes del Servicio Secreto en Cartagena, Colombia, en 2012, que dañó la reputación puritana de la agencia.
Los inspectores también criticaron al FBI y a la DEA por haberse negado inicialmente a proporcionar la información sin censura solicitada y entonces proporcionaron una información que estaba “todavía incompleta”.
Unos federales se vuelven locos
Por la JUNTA EDITORIAL, 27 de marzo de 2015
Esto ciertamente es prometedor para la trama de una película de suspenso de la lista B. Unos agentes del Departamento Antinarcóticos de los Estados Unidos destacados en Colombia jugueteaban con prostitutas en fiestas pagadas por los carteles locales de drogas. En varias ocasiones, aparentemente hubo un trueque de dinero en efectivo y regalos costosos. Un funcionario local era tan amable que vigilaba las pistolas y pertenencias de los agentes mientras ellos estaban ocupados con las muchachas.
Suena como ficción, pero de hecho todo esto está documentado en un Nuevo informe del inspector general del Ministerio de Justicia que encontró fallas sistemáticas en el modo en que se informaban e investigaban los casos de mala conducta por parte de los agentes del orden público de los Estados Unidos en el extranjero. En el caso de las fiestas sexuales, aquellos agentes que admitieron asistir a los eventos recibieron una suspensión que variaba desde solamente dos días hasta 10 días.
La revisión, que se enfocó en una investigación de mala conducta sexual por parte de funcionarios del orden público de los Estados Unidos entre 2009 y 2012, encontró que en algunos casos los supervisores eligieron ocuparse de las alegaciones sin informárselas a las oficinas centrales o evaluar completamente los riesgos de seguridad.
Tal comportamiento hace a los agentes federales vulnerables a extorsión y chantaje. Tiene también el potencial de poner en peligro los procesos penales que los agentes ayudan a armar porque sus fechorías documentadas podrían usarse fácilmente para impugnar la integridad y credibilidad de los agentes.
En algunas ocasiones, los casos de mala conducta han salido a la luz solamente cuando el Departamento de Estado ha aportado la información a los funcionarios en Washington. En mayo de 2010, por ejemplo, unos funcionarios de las oficinas centrales de la agencia de drogas se enteraron que el asistente de un agente de más antigüedad destinado en el extranjero se había quejado de que el agente había invitado al asistente a ver películas pornográficas y que como cuestión de rutina tiraba artículos alrededor de la oficina. Cuando un segundo empleado se quejó del comportamiento del agente al funcionario más alto de la agencia en el país que no se reveló, a ese miembro del personal se le aconsejó que evitara al agente, de acuerdo con el informe.
La reticencia del FBI y de la DEA a entregar archivos embarazosos y el castigo tolerante recibido por algunos de los funcionarios ofensores sugieren que hay poca dedicación para llegar a la raíz del problema.
Mientras haya un sentido de impunidad en algunos rincones de la fuerza de trabajo federal en el extranjero, es muy probable que continúe tentando a algunos agentes a creer que pueden operar de acuerdo con las reglas de que los chicos siempre serán chicos.
Comentario: Pero son niños. Estos no son hombres hechos y derechos, de superioridad moral, que sienten que tienen que sacrificarse ellos mismos, sacrificar a sus familias y sus otras carreras para luchar esta “guerra contra las drogas”. Ellos son sencillamente unos chicos. Además de eso, es necesario que haya un incidente como este para recordarles a aquellos que lo han olvidado o para alertar a aquellos que ni siquiera lo saben que estos agentes a quienes les besan el trasero no son más que chicos en busca de aventura. Por eso siempre me resulta divertido ver a negociantes grandes de drogas “coquetiando” con estos tipos. Trátelos con respeto, seguro, pero no necesita denigrarse.
Mi única sugerencia a estos chicos, sería que, por el bien de la agencia, se consigan sus propias muchachas.
– David Zapp