Fragmento de editorial publicado el 17 de abril de 2013 en el diario The New York Times
Por el Consejo Editorial
Los conservadores de la Corte Suprema dieron un duro golpe el miércoles a la habilidad de las cortes federales americanas de responsabilizar a los violadores de los derechos humanos a nivel internacional. La Corte declaró que una ley de 1789 llamada Alien Tort Statute (Estatuto de Perjuicios a Extranjeros) no permite que extranjeros presenten querellas en cortes americanas para buscar reparaciones “por violaciones de las leyes de naciones que ocurran fuera de los Estados Unidos.”
En el caso en cuestión, Kiobel v. Royal Dutch Petroleum, ciudadanos nigerianos alegaron que desde 1992 hasta 1995, compañías petroleras multinacionales que operaban en Nigeria asistieron a la dictadura militar que torturó y asesinó a protestantes que luchaban en contra de los daños ambientales causados por las operaciones de petróleo. Estas compañías hicieron negocios en los Estados Unidos. Pero el Juez Presidente John Roberts, Jr., escribiendo de parte de la mayoría, dijo que aun cuando reclamos de atrocidades “conmueven y conciernen el territorio de los Estados Unidos, estos deben hacerlo con suficiente fuerza” para superar la presunción de que el estatuto no aplica a acciones fuera de este país.