Una vez un tipo fue arrestado por tener tres kilos de cocaína en su casa en los años 70 cuando las leyes de drogas “duras con el crimen” estaban de moda. Cada político quería ser más severo que los demás. Ahora, esa cantidad hubiera resultado en una condena máxima de cinco años, talvez siete si usted tenía antecedentes judiciales. Pero esto fue el comienzo de la guerra contra las drogas y la gente estaba recibiendo 25 años por un par de onzas. ¡De verdad! El acusado estaba libre bajo fianza y después de que él se fugó estando bajo fianza, él fue enjuiciado en ausencia, convicto, pero su condena fue postergada hasta que él fuera detenido, y por supuesto él fue arrestado.
Pero esa no es la moraleja de la historia. Después de que él fue detenido y condenado a 25 años, (¡de veras!) él fue acusado formalmente por agentes federales por actividad relacionada de la misma conducta por la que él fue condenado por el Estado. Después de todo, estos fiscales eran todos unos caballeros. Pues no. No solamente recibió el acusado una condena consecutiva, sino que ¡fue una sentencia consecutiva de 30 años!