Hace poco trabajé en un caso que me recordó cómo de escalofriante lejos de la realidad el sistema penal puede ser. El juez pensó que le estaba haciendo un favor al acusado reduciendo su sentencia de 22 años a 18 años basándose en que su hermano, el cabecilla, había recibido solamente 10 años de otro juez. Como si dieciocho años fueran una inconveniencia modesta; como si los miembros de su familia y sus amistades –olvídese del acusado– no les afectaría.
A veces uno se queda adormecido creyendo que la justicia siempre triunfa, poniendo su fe en un sistema que condena el culpable y libera el inocente, que impone sentencias que los culpables merecen. Más o menos. Entonces algo como esto escandaliza a uno a la verdad.
Y lo peor es lo clínico que imponen estos crueles castigos sin pensar. Se ha puesto de tal manera que imponer una sentencia de encarcelamiento a un condenado se ha convertido en cualquier otro asunto en la lista de “quehaceres” para los ‘fiscales’ y ‘jueces.’ “10 a.m. –recoger ropa lavada; 11 a.m. — recortar pelo; 12:10 p.m. — dar 18 años de cárcel a un acusado.” Lo que verdaderamente es penoso es que un severo castigo por ningún medio es la conserva de los peores ofensores. Es tan probable que se les imponga a personas que de ninguna manera son venales ni una amenaza a la sociedad. Las sentencias más severas se las dan a los acusados menos informados, los más incapaces, con desproporcionada regularidad. No dispuestos a aceptar una declaración de culpabilidad y a encarecer la probabilidad de un término largo de cárcel, se arriesgan a recibir mucho más tiempo, y de hecho lo reciben!
Como abogado- como acusado- es necesario manejar un caso con delicadeza, lo cual no tiene nada que ver con la justicia, para evitar la probabilidad de que ocho o diez años, digamos ( aún no considerado poco tiempo), no se conviertan en dieciocho o veinte años.
La mayoría de acusadas no tienen la menor idea de cómo trabajan las cosas aquí en Nueva York. El Distrito del Este es duro, pero el sistema en el Distrito Sur puede ser casi caprichosamente vengativo. En el Distrito Este, la fiscalía por lo menos tiene alguna discreción de idear una sentencia que promueve el respeto de la ley sin consignar a el condenado a una eternidad encerrado en una celda. Así no es en el Distrito Sur. Aquí la fiscalía procesa el caso en vez de la persona. Lo que indiquen las pautas que debe ser la apropiada sentencia es lo que se cometen a que el acusado reciba. Ellos consideran a sí mismo como “Nosotros” y a los acusados como un impersonal “Ellos.” Si usted no se declara culpable, y pierde su juicio, es probable que le den una cantidad de tiempo adicional, que usted no creerá. No solamente recibirá un aumento por el “delito” de no haberse declarado culpable – usted recibirá doble el tiempo, o hasta triple el tiempo. Dentro de una escala de tiempo, vamos a decir, iría de una cantidad de tiempo que usted podría aceptar y con el tiempo continuar su vida, a una cantidad que totalmente le destruirá su vida y las de sus seres queridos.