El 14 de noviembre de 2003, un Tribunal Federal de Apelaciones decidió que ni el Tratado de Extradición entre los Estados Unidos y Colombia ni la Fiscalía Federal podían impedir que un juez federal sentenciara a un colombiano extraditado a cadena perpetua. En casos anteriores, el gobierno de los Estados Unidos prometió que no permitiría que los acusados extraditados recibieran condenas de cadena perpetua. Sin embargo en 2002, Alex Restrepo fue sentenciado a cadena perpetua en el Distrito Sur de Nueva York después de haber sido extraditado de Colombia por su participación en varios robos, uno de los cuales tuvo como resultado la muerte de un detective retirado de la policía. Antes de que Colombia concediera la extradición, trataron de obtener seguridades de que su ciudadano no se vería sujeto a una pena de cadena perpetua. Los Estados Unidos respondieron expidiendo esta nota diplomática:
Si el Sr. Restrepo fuera culpado de los delitos por los cuales se ha concedido la extradición, la autoridad ejecutiva de los Estados Unidos (el fiscal) no tratará de obtener una penalidad de cadena perpetua en el acto procesal de dictado de pena en esta causa. El gobierno de los Estados Unidos también le asegura al gobierno de Colombia que si una autoridad judicial competente de los Estados Unidos de todos modos le impone al Sr. Restrepo la pena de cadena perpetua, la autoridad ejecutiva de los Estados Unidos (el fiscal) tomará una acción apropiada para solicitar formalmente que el tribunal le conmute tal pena a un término de años.
Sobre la fuerza de esa “seguridad,” Colombia autorizó la extradición del Sr. Restrepo. Pero la verdad es que un fiscal no puede impedir que un juez federal le dicte a un acusado una pena de cadena perpetua. El motivo de ello es que en los Estados Unidos hay tres poderes separados de gobierno. Cada poder opera independientemente y con frecuencia en desacuerdo con los otros. Los abogados de los Estados Unidos (los fiscales) son parte del poder ejecutivo y los tribunales (los jueces) son parte del poder judicial. De modo que si el fiscal, o “autoridad ejecutiva,” solicita que un juez imponga una pena que no sea de encarcelamiento por vida, no puede haber garantía de que eso sucederá, sin que importe lo que la ley colombiana requiera.
Cuando el Sr. Restrepo interpuso una apelación de su condena de cadena perpetua, alegó que la nota diplomática constituía una “seguridad absoluta” de que no sería sentenciado a un término de cárcel de por vida. Pero el Tribunal de Apelaciones determinó que la nota solamente decía que el fiscal haría lo que pudiera para que la pena de vida se rebajara a un término de años. Una pequeña consolación, no una garantía.
Este es un caso instructivo para los colombianos que están luchando contra la extradición. Demuestra claramente que los abogados colombianos deben consultar con los defensores de los Estados Unidos mientras que sus clientes estén todavía en Colombia. Cualquier criminalista defensor de los Estados Unidos hubiera sabido que la nota diplomática no garantizaba una sentencia sin cadena perpetua. Los abogados colombianos tienen que alegar que su gobierno no permitirá que se lleve a cabo la extradición hasta que los Estados Unidos prueben que su “seguridad” es absoluta.
Lamentablemente, el gobierno del presidente Uribe no puede expresar sorpresa ante este giro de los acontecimientos en la causa de Alex Restrepo. El fiscal afirmó que el gobierno colombiano sabía que la “seguridad” no era realmente una garantía. Si Colombia no quiere que sus ciudadanos reciban una pena de cadena perpetua, necesitan adoptar una línea más dura sobre esta condición.
Un modo en que los Estados Unidos pueden garantizar que no se impondrá una pena de cadena perpetua a un colombiano extraditado es presentar un inculpatorio contra el acusado imputándole un cargo de estupefacientes que tenga una penalidad máxima de cuarenta años de encarcelamiento. Tal cargo existe, y un máximo de cuarenta años le daría al gobierno de los Estados Unidos al cuerpo que busca mientras que le provee también al gobierno colombiano la garantía que trata de obtener. Lamentablemente esto no ayudará a Alex Restrepo.